DISCIPLINA

DISCIPLINA

¡¡¡Que palabrota!!! La temerosa de muchos cuando nos toca disciplinar a nuestros hijos.

¿Te da ansiedad disciplinar en público?, ¿Te da vergüenza que tus hijos salgan con “una de las de ellos” en la tienda?, ¿Te da vergüenza que le des una instrucción y no la obedezcan con toda la intención de faltarte el respeto? Para mi TODAS las respuestas son SÍ. Quizás como a mi, a muchos de ustedes les pasa que llega el verano y sus hijos están pegados a ustedes como chicle porque eso es la maternidad responsable el “ni modo, no hay otra opción” . Y ellos van con nosotros a donde quiera.

Hoy tuve mi examen de la vista rutinario y mis dos regalos del Padre celestial estaban conmigo. Cuando llegamos al estacionamiento les “leí  la cartilla” (les di instrucciones) y les dije cuales eran mis expectativas y los hice que me las repitieran para asegurarme que las iban a seguir. En la cita todo muy bien. Y yo me dije “ya que se están portando tan bien, aprovecho y hago unos mandaditos”. Pues bueno, a veces a nosotros los adultos se nos olvida que el nivel de tolerancia de nuestros peques no es tan alto como el de nosotros. Pero ahí fui….. El pequeño de casa es el más activo y es el que más trabajo me da de mantenerlo bajo control. No toques, quedate al lado mío, deja a tu hermano quieto, no lo voy a comprar, no lo voy a comprar, no lo voy a comprar, no lo voy a comprar…. y contestar lo mismo una y otra vez. Hasta llegar al punto de darle consecuencias por sus actos y por no seguir instrucciones y que en medio de la tienda me diga “pues aquí me voy a quedar” cruzado de brazos y mirada desafiante. Y yo muerta por dentro pero poker face por fuera.

Estos son los momentos que quizás  muchos de ustedes han pasado donde sus hijos los desafían y nos da el miedo al qué dirán, me están mirando, que hago con este muchacho, si me pongo muy fuerte va y me acusan de maltrato…..Estos son los momentos donde tenemos que recordar que no podemos perder el control, somos los adultos, Dios nos envió a nuestros hijos con la misión de que los eduquemos según su palabra, de que no hay mejor madre o padre que tu, de que lo estás haciendo bien, de que siempre va haber una resistencia, de que hay que ser consistentes, de que no nos podemos rendir en la primera batalla, de que el Padre nos ha dado las herramientas para vencer.

No te desanimes, es un camino largo pero te aseguro que los frutos serán gratos. Te aseguro que estas formando su carácter cuando no das tu brazo a torcer. Te aseguro que estás formando a un hombre o a una mujer de convicciones.

¿Cómo terminó la historia? Pues yo segui caminando con mi otro chico a la fila y a él no le quedó más remedio que alcanzarnos. Llegó donde mí, me abrazó sin decir nada. Continuó con sus comportamientos, pero siguiendo el proceso que hago en casa hasta que por él mismo entendió y paró.

Mi mensaje, se constante, se intencional en todo lo que haces con tus peques.

Espero que esta pequeña historia te de aliento y sepas que

LO ESTAS HACIENDO BIEN

Bendiciones



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